Cuando baja la temperatura, sentimos el frío a través de nuestra piel, y como el cuerpo necesita mantenerse en equilibrio busca formas de obtener energía para conservar su temperatura. Por eso muchas personas sienten la necesidad de comer alimentos dulces, harinas y bebidas calientes durante el invierno, sin embargo, debemos estar atentos a esos momentos porque pueden hacer la diferencia entre estar en su peso o ganar un par de kilos.
Las enfermedades respiratorias y las alergias están a la orden del día, no puede descuidar su nutrición, en especial, con vitaminas y minerales de los alimentos. Por otro lado, las ganas de hacer ejercicio cada vez son menos frecuentes en esta estación. Como verá, debemos prepararnos para el invierno cuidando la dieta.
Lo primero es hidratarse bien, asegurar vitamina C (con una fruta cítrica y ensalada fresca) y llevar una dieta donde predominen los alimentos de origen vegetal y, lo segundo, es mantener actividad física frecuente y respetar los horarios de comida sin picotear.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR:
Comer para vivir: ¿se puede comer saludable en la calle?
Comer para vivir: las bebidas energéticas y energizantes
Comer para vivir: propiedades de las aceitunas
Comer para vivir: el ácido docosahexaenoico (DHA) en la gestación y lactancia