El es un alimento altamente nutritivo y con la mejor calidad de proteína, después de la leche materna. No obstante, a pesar de sus bondades, muchos mitos giran a su alrededor y han generado temor o limitaciones en su consumo.

Lo más frecuente es creer que la yema eleva el colesterol en sangre, sin embargo, se ha demostrado que no es así. La grasa animal en piel de aves, grasa visible de carnes, mantequilla y grasa de lácteos consumidos en exceso son los elementos dietéticos predominantes como fuentes de colesterol acumulable, más aún si se tiene una pobre ingesta de alimentos ricos en fibra. De manera que se puede comer hasta 10 unidades de huevo en total durante una semana.

Por otro lado, si ya tiene elevado el colesterol, la grasa de origen animal debe retirarse de la dieta, por tanto, puede reducirse el consumo de la yema de huevo hasta 4 unidades en total en la semana. En el caso de los niños es recomendable que incluyan un huevo al día en su dieta.

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