Muchas personas con cáncer se preguntan si es seguro recibir una de las vacunas COVID-19 aprobadas. Después de todo, se sabe que tener una afección médica subyacente, como cáncer o enfermedad cardíaca, pone en mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave a causa del virus. Lo ideal es que se vacunen contra el COVID-19, pero hay factores que las personas con cáncer deben considerar primero. En este artículo, la oncóloga Halle Moore, MD, Directora de Oncología Médica de Senos del Instituto de Cáncer Taussig de la Clínica Cleveland, analiza la seguridad de las vacunas y lo que los pacientes y sobrevivientes de cáncer deben saber.
¿Cómo actúan las vacunas?
Actualmente, hay dos vacunas COVID-19 aprobadas bajo autorización de uso de emergencia:
- Pfizer-BioNTech. Esta vacuna está autorizada para personas mayores de 16 años y se administra en dos dosis, con 21 días de diferencia.
- Moderna. Esta vacuna está autorizada para personas mayores de 18 años y se administra en dos dosis, con 28 días de diferencia.
Ambas vacunas usan ARN mensajero (ARNm), que es una molécula que contiene instrucciones para producir la infame “proteína de pico” del coronavirus. Una vez que recibe la vacuna, las células de su cuerpo reciben instrucciones para hacer copias de la proteína de pico falso. Esta reacción desencadena una respuesta del sistema inmunológico que actúa como un simulacro de incendio. Entonces, si está expuesto al coronavirus real en el futuro, sus células ya están bien equipadas y entrenadas para combatirlo.
Debido a que las vacunas de ARNm no contienen una versión viva o debilitada del virus, no hay riesgo de contraer el virus de estas vacunas. Las vacunas Pfizer-BioNTech y Moderna no son intercambiables, por lo que debe recibir dos dosis del mismo tipo.
Efectos secundarios de la vacuna
Los efectos secundarios comunes después de la vacunación son dolor en el brazo, fatiga y dolores musculares. También pueden aparecer fiebre y escalofríos, especialmente después de la segunda dosis.
Después de la vacunación, algunas personas pueden desarrollar ganglios linfáticos agrandados. Estos ocurren con mayor frecuencia en la axila o en el cuello del lado de la vacuna. Dado que el cáncer también puede causar agrandamiento de los ganglios linfáticos, es importante que los pacientes con cáncer se den cuenta de que se trata de un posible efecto secundario y, por lo general, no es una señal de que el cáncer está creciendo.
OJO AL DATO
Es importante saber que algunas personas con cáncer tienden a tener un sistema inmunológico debilitado, lo que podría hacer que las vacunas sean menos efectivas. En este momento, las vacunas ofrecen un 94% y un 95% de protección contra este virus, pero es difícil saber si los pacientes con cáncer tendrán ese mismo nivel.
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