Según el Instituto Nacional de Salud Mental, en el Perú, el 80 % de pacientes que necesita ayuda psicológica no acude a recibir atención profesional, debido a prejuicios o desinformación. “Muchas personas deciden buscar ayuda psicológica, pero, por vergüenza o temor, prefieren mantenerlo en secreto”, comenta Elizabeth Céspedes, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP).
Según la especialista, las personas no acuden a un psicólogo porque creen poder controlar los momentos de dificultad emocional por sí mismas o porque esperan que, con el paso del tiempo, disminuya el malestar.
Motivos para ir al psicólogo
La docente UTP indica que cualquier situación que no se pueda gestionar, genere malestar y no permita avanzar en los planes o metas de la vida es motivo para acudir a terapia.
Falta de control.
Si se tiene pensamientos negativos recurrentes que ocupan gran parte del tiempo e impiden disfrutar de la vida diaria, es importante acudir a un psicólogo. De igual manera, si hay cambios constantes de humor durante un periodo de tiempo prolongado.
Preocupación excesiva.
Si se siente demasiado inquieto por actividades cotidianas o hay dificultades recurrentes en el aspecto personal, familiar y/o laboral.
Alteraciones de sueño.
Si se tiene dificultad para dormir, descansar y levantarse. Además, hay cambios en la alimentación y ansiedad por el peso. “Los prejuicios hacen que acudir al psicólogo se convierta en una opción cuando el malestar resulta insostenible, y muchas veces se vive en secreto y con vergüenza. Estas creencias hacen que la persona tampoco tenga claro dónde está su límite de tolerancia”, explica.
Beneficios de ir a terapia
Elizabeth Céspedes señala que “la terapia psicológica permite mejorar el estado de ánimo, el potencial cognitivo, la condición emocional, la personalidad, la forma de ver y relacionarnos con el mundo, con las personas y con los acontecimientos”. Asimismo, la docente señala algunos beneficios de acudir a terapia:
Espacio seguro.
Brinda un momento para expresarse libremente, sin miedo a ser juzgado y, sobre todo, donde se olvida lo que las demás personas quieren y esperan de uno. Cuando se libera la carga emocional, la persona se siente aliviada.
Mejora las relaciones.
La terapia es beneficiosa para encontrarse a uno mismo y para relacionarse con los demás de manera más efectiva. El psicólogo dota de recursos que permiten superar un problema actual y futuro y, en especial, prever recaídas.
Afrontar situaciones complicadas.
Hablar con un psicólogo ayuda a cambiar el foco de los problemas y verlos con perspectiva. Esto hace que se pueda encontrar mejores soluciones que no se están contemplando.
Capacidad de resiliencia.
Enfrentar junto a un psicólogo los problemas y poder hablar con confianza y libertad, es beneficioso para el bienestar y la capacidad de afrontar la vida. “Normalizar la terapia psicológica es de vital importancia. Si sufrimos de depresión, ansiedad, problemas de pareja o dificultades con nuestras relaciones sociales o interpersonales, la terapia psicológica será la mejor opción para tratar esas situaciones”, sostiene Elizabeth Céspedes.
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