Dos niños y tres ancianos perdieron la vida en incendio en La Victoria (VIDEO)

Actualizado el 26/01/2018, 08:10 a.m.

El fuego y el humo se empezaban a propagar silenciosamente al interior de una vivienda en La Victoria, mientras que Zenobia Rivera Conde (80) dormía con sus dos nietos, de 6 y 8 años. La repentina caída de una de las paredes solo logró despertar a Henry Saavedra Rivera, hijo de Zenobia, y a otro habitante de la casa, Hernán Flores Cruzado, quienes lograron salir del lugar y, de inmediato, pidieron ayuda. Cuando los bomberos llegaron a la casa, intentaron ingresar por el techo, pero fue imposible. El inmueble, de materiales inflamables como quincha y adobe, apenas tenía una puerta de acceso, la cual ardía en llamas. Alrededor de tres horas después de iniciado el incendio, los rescatistas pudieron ingresar y se toparon con el panorama completo de la tragedia: los cuerpos asfixiados de cinco personas, entre ellas el de uno de los niños, quien trató de buscar refugio en el baño, y el de Zenobia, quien se encontraba abrazando a su otro nieto.

Víctimas.

La casa, ubicada en la cuadra seis de la calle Sáenz Peña, era ocupada por distintas personas, de escasos recursos y sin relación de parentesco entre sí. Una de ellas era Martha Vásquez Cruz (78), una mujer solitaria e independiente.

“El domingo almorcé con ella. Yo le decía que vayamos a mi casa, pero ella no quería irse de acá”, contó su hija. Todas las noches, Martha, luego de vender comida en su carretilla, encendía cuatro velas y las colocaba en una mesita de su habitación. “Le tenía miedo a la oscuridad”, contaron los vecinos.

La noche del miércoles no habría sido la excepción, por lo que se presume que ese fue el origen del siniestro, iniciado pasadas las tres de la mañana. Mientras que, entre las causas de la rápida propagación del fuego estaría la considerable cantidad de plásticos y papeles que Zenobia recolectaba para vender y sobrevivir.

Cuando ya se había confirmado la muerte de las dos ancianas y los dos pequeños, la Policía y los Bomberos anunciaron que el cuerpo de Eduardo Polar Dueñas (78), habitante del inmueble, también había sido hallado en el lugar. Eduardo celebró su último cumpleaños los primeros días de diciembre. Un plato de tallarín rojo y una torta de chocolate fueron los potajes con los que este hombre soportó un año más de soledad, alejado de su hermano y sobrinos. La vecina Marilú Morales Velásquez se hizo cargo de él desde hace cuatro años. Ella lo visitaba, aseaba y alimentaba. “Le tenía mucho cariño, me dijo que yo era como una madre para él”, contó Marilú. Los cuerpos de los cinco fallecidos fueron llevados a la Morgue de Lima, a la espera de sus familiares para ser velados y enterrados.