Massiel Cardoza

En 2018, mientras terminaba una maestría de Marketing digital y social media en Barcelona, Ale Otazzi se reconoció en una ciudad llena de mujeres hablando de , , derribando los típicos  y roles de la mujer, una sociedad muy distinta a la suya. En ese momento surge la idea de crear “Mujer al borde”, un espacio web personal en el que “depositaría todo aquello que no podía expresar libremente ‘por ser mujer’”.

Sin embargo, al borde de cumplir los 30, decidió dejar de lado a ese síndrome del impostor, que le hacía creer que el resto era mejor que ella, y se aventuró a compartir su blog con el propósito de fortalecer el amor propio, la libertad sexual y demostrar que la famosa “intensidad”, tan atribuida al género femenino, si es vista como pasión, creatividad y perseverancia es un plus para lograr todas las cosas que quieres. “Desde que abrí Mujer al borde, un 14 de febrero de 2018, lo que no han dejado de llegar son mensajes de gratitud como, ‘porque gracias a lo que hablas he ido a terapia y estoy mejorando mi relación conmigo mismo’ o ‘gracias a lo que posteaste he dejado esa relación tóxica’”, cuenta orgullosa la comunicadora audiovisual. 

¿Cómo era Ale Ottazi antes de crear @lamujeralborde?  Era una persona con muchas dudas, curiosidad y, definitivamente, más insegura con mi cuerpo, con mis relaciones. Siempre estuve al borde de esta fórmula que nos tratan de vender para ser la “mujer ideal”, tanto desde el lado de la belleza como del lado social.

¿Qué te ha regalado La Mujer al Borde? Me ha permitido hacer muchísimas cosas que quizás Ale no haría por el miedo al que dirán, pero una vez que las haces y te das cuenta del cambio positivo que generas, dejas de lado el pudor.

¿Cómo definirías el amor propio? Hablar de amor propio es hablar de varios autos: autoconocimiento, autoconcepto, autovalidación y, la más importante, autoaceptación. Darnos el amor que le damos al resto tan libre y tan fácilmente, pero sobre todo está para recordarnos, en esos días malos que todos tenemos, cuan lejos hemos llegado. Darnos esa palmada en la espalda y saber que el mayor apoyo siempre va a ser uno mismo. Tener una relación sana contigo misma, que no hemos tenido por muchísimo tiempo. Porque el autoconcepto de ¿quién soy yo? siempre ha sido a través de la miradas, de las expectativas del resto.

Todavía existen muchos tabúes en torno al sexo, ¿por qué crees que nos da vergüenza hablar de este tema? Porque entendemos muy mal el concepto de sexualidad. Yo soy activista por los derechos sexuales y reproductivos y soy feminista, cada vez que toco uno de estos temas, siempre hay personas con comentarios sumamente machistas, por lo general son hombres, duele más cuando son mujeres. Sexualidad es educación, salud sexual, menstruación, saber nombrar los genitales, entender nuestros procesos sexuales como seres humanos y mil cosas más que solo el sexo. Son un montón de aristas que están entretejidas por la cultura machista, por una cultura conservadora católica, por una falta de educación sexual integral en absolutamente todas las instituciones educativas de nuestro país. 

Hay mucho trabajo por hacer. El que yo pueda hablar abiertamente en Instagram de sexualidad, acerca del placer y que no me eliminen la cuenta aún o que no reciba una inmensidad de comentarios violentos, es muestra de que las cosas están cambiando no solo porque tienen que cambiar, sino porque el internet. así como ha traído mucha desinformación, también ha traído muchas cosas positivas, muchas comunidades, muchas dudas a infinitas preguntas. Y ha traído esta idea de pensar “no estoy solo, no soy la única que pensaba así”. Yo me siento muy privilegiada de poder hablar de estos temas y que puedan ser aceptados e incluso sean el inicio de mayores cuestionamientos.  

¿Qué tipo de comentarios has recibido por el contenido que impartes en tus redes? Siempre hay esa idea de que cuando hablamos de sexualidad, eres una depravada. Por el otro lado, mostrar una imagen sin filtros, un cuerpo perfecto, porque es un cuerpo que me permite vivir pero que no se ataña al ideal de belleza que existe hoy, recibía muchos mensajes que me generaban incomodidad y tristeza. Por ejemplo, mucha gente me decía “qué valiente que eres de mostrarte así”. Qué rabia que mostrar un cuerpo real es sinónimo de valentía, cuan mal está ese estereotipo, esta sociedad que nos hace sentir que nunca somos suficiente.

En las redes se te ve una mujer determinada, muy segura. ¿Siempre supiste decir no, te lo enseñaron en la infancia o te tocó aprenderlo en el camino? A nadie le enseñan a decir que no, lamentablemente. De hecho, es una de las preguntas que toco en mi libro “La Mujer al Borde no es un manual”. Para mí siempre fue sumamente complicado decir que no porque, así como para muchísimas mujeres. Yo crecí pensando que la forma en que podía ser feliz era agradando a todos y eso implicaba no decir que no. Porque una persona que dice que no es desagradable, se encuentra con muchos otros diciendo “ya pues, pero qué aburrida”. Eres la la histérica, la mandona y nadie quiere, mucho menos en la adolescencia, ser vista como cualquiera de estos adjetivos. Para mí si fue un camino de límites sanos, sigue siendo un camino por explorar, a veces las lecciones se repiten hasta que se aprenden verdaderamente. En esos “no” me he encontrado perdida muchas veces, complaciendo muchas situaciones que no quería, sobre todo sexuales, es uno de los “no” más complicados porque hay situaciones sumamente normalizadas. La importancia del consentimiento en todo tipo de situaciones, de relaciones, es una de las cosas que más poder nos da sobre nosotros mismos.

Si retrocedieras a la infancia, sin el propósito de juzgar la educación de tus padres, ¿qué aspectos reforzarías? Que en vez de mandarme tanto al nutricionista, me hubieran puesto a hacer deporte. (Risas) Eso me hubiese servido mucho. Y que estaba bien sentir las cosas que sentía, ser dramática, no todo el tiempo. La importancia de la inteligencia emocional, la importancia de validar las emociones y sentimientos de todos.

Ahora estás enamorada, ¿ha cambiado en algo la esencia de “La mujer al borde”? Soy igual que “La Mujer al borde” todos los días. Estoy con una pareja que entiende mi trabajo, que me apoya, me admira y me empuja a hacer mil cosas más que yo no hago por epreza o por miedo. Pasar de estar soltera a una relación conlleva a cambiar cierto estilo de vida, pero ahí está la importancia de encontrar un balance, de no perderte a ti, de no perder tu esencia, de no tener una doble personalidad, ser una persona cuando estás con pareja y otra cuando estás soltera. Y si no lo eres, hay que trabajar.

En tu experiencia, ¿qué papel crees que toma el amor propio cuando estás dentro de una relación? Te asgeura que si bien tú eliges estar con esta persona, por mil y un motivos, sabes que no necesitas a esta persona para vivir, para ser feliz, que esta persona no te completa. Tu vienes a este mundo completa. El amor propio te ayuda a detectar cuando hay actitudes tóxicas. Cuando ese amor empieza a doler. Te ayuda a tener una voz y dejar ese rol de sumisión, de victima que gtenemos. Pero también te ayuda a ser vulnerable, una de las cosas más importantes en cualquier relación. Y que te pareja te entienda, te acoja y que quieran verte bien y quieran que seas una mejor persona.

¿Qué mensaje le darías a las mujeres que quieren ser como tú? Que justamente no sean como yo (risas), que sean ellas mismas, que ahí es donde está su verdadero brillo. Pero, ¿qué le diría a alguien a quiere empezar a quererse más? Que empiece por aceptarse, que cambie la lista de las cosas que no le gustan de su cuerpo  por las que sí le gustan. No tengas miedo a decir las cosas, a equivocarte, cuestiónate absolutamente todo, quién eres y por qué eres así. Ve a terapia, es una de las demostraciones de amor más grandes que puedes hacer por ti. Nunca compares tus procesos con los del resto, abrázate todos los días.

¿Cómo definirías a tu comunidad? Empoderada, extrovertida y auténtica. Un espacio donde nadie juzga a nadie.

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