Magaly Moro

Eliseo (26 años, Villa El Salvador). Doctora, le escribo porque siento que usted me va a dar un consejo tal y como me lo daría mi madre, a quien perdí cuando era muy niño. Lo que sucede es que a inicios de año conocí a una chica llamada Luciana en una discoteca de Barranco. Me pareció súper linda, tierna y sumisa, creo que eso me encantó de ella porque hacía todo lo que yo le decía. Íbamos a los restaurantes que se me antojaban y cuando yo no quería que salga con sus amigas, me hacía caso. Nunca me celaba ni me armaba pleitos. Era la chica perfecta. Desgraciadamente, llegó la cuarentena y no llegamos a concretar una relación amorosa, pero hemos seguimos hablando. Sin embargo, con el tiempo cada vez me respondía menos y empecé a observar que en sus cuentas de redes sociales subía fotos de ella, cosa que no hacía antes. Cuando acabó la cuarentena le dije: “Nos vemos mañana en el parque de Barranco a las 4 de la tarde” y Luciana me respondió: “No me pienso exponer por verte, yo te aviso cuando nos encontramos”. Doctora, por primera vez me dijo “no” y de una manera tan tajante que me incomodó. Me quedé asombrado, pero solo le envié un “ok”.

A los días volví a insistir y le propuse ir a su casa con un presente y Luciana, en vez de alegrarse, señaló que en ningún momento me había pedido un regalo.

No sé, está extraña, antes era muy calladita y ahora hasta comenta los estados de las noticias en Facebook y se pelea con otros. Es como si la hubieran cambiado por otra. ¿Qué hago, señora Moro?

Ojo al consejo

Estimado Eliseo, lo más probable es que durante el confinamiento Luciana haya reflexionado sobre su comportamiento y desee hacer algunos cambios. No creo que ser una mujer independiente y con carácter sea algo malo. Además, no porque una chica te haga caso en todo quiere decir que es buena. Si su actitud te molesta, lo mejor es que sigas tu camino. De lo contrario, ten paciencia.