Magaly Moro

Samuel (29 años, Surquillo). Doctora Magaly Moro, las elecciones congresales del último domingo cambiaron mi vida.

Como todos los ciudadanos, fui desde muy temprano a votar, sin embargo, por la opción del voto electrónico hubieron complicaciones para instalar la mesa.

Llegué a las 9 de la mañana y me dijeron que había problemas con el sistema, que haga cola y sea paciente. La verdad es que yo no tenía nada que hacer así que busqué sombra y esperé. No obstante, delante de mí habían más de 20 personas en la misma situación.

Pasó media hora y la situación no se solucionaba, así que opté por distraerme conversando con unas señoras. Cuando giré para mi derecha, vi a una hermosa joven que se reía de la manera en que renegaba la gente por la demora. “¿A ti no te molesta esto?”, le pregunté. Ella me respondió: “sí, pero no quiero arruinar mi día”. Me pareció tan inteligente su actitud, que le hice la conversación.

Hablamos por una hora, el tiempo que demoró la Onpe en solucionar todo. Luego de emitir mi voto, la esperé afuera del salón.

Le propuse acompañarla a su paradero. Ella aceptó. Caminamos por veinte minutos y cuando estábamos llegando a su paradero, vino su bus y se subió tan rápido que ni nos despedimos. Menos mal minutos antes ya me había dado su número.

Doctora, siento que hubo una química bonita entre nosotros y muero por escribirle, pero me da vergüenza porque soy muy tímido. ¿Cómo inicio de nuevo una conversación?. Ayúdeme.

OJO CONSEJO:

Querido Samuel, no dejes que tu timidez acabe con esta oportunidad que te está dando la vida. No pierdes absolutamente nada escribiéndole e invitándole a salir. Anímate. Si hubo tanta química entre ustedes, ¿por qué no intentarlo? Además, si ella aceptó que la acompañes al paradero es porque también sintió alguna atracción.Mucha suerte.