Ernesto (33, Magdalena del Mar). Doctora, me encuentro bastante incómodo porque estoy siendo blanco de críticas por un tema absurdo: la edad de mi pareja.
Hace 6 meses estoy saliendo con una mujer de 48 años y me siento dichoso a su lado. Pilar es agradable, culta, muy dueña de sí misma y me encanta, pese a los malos comentarios de mi familia.
Mi hermana Raquel, por ejemplo, dice que Pilar no es bonita ni atractiva y que me está tomando de tonto. Por su parte, mi primo Horacio dice que me he vuelto loco saliendo con esa “doña”.
Sin embargo, para mí Pilar es bella e imponente. Desde el primer momento que la conocí en la tienda donde trabajamos juntos, me impactó su manera de ser, sobria, señorial y con porte de reina.
La primera vez que la hice mía, la verdad, me pasó por encima. Muy experimentada ella, me convirtió en un juguete de sus besos y caricias. Pese a su edad, está muy bien conservada, con unas curvas fantásticas y su piel es suave, tersa, delicada, lo que me seduce y fascina.
Me contó que es divorciada hace muchos años, sus hijos viven en el extranjero con su padre, y que no tuvo suerte en el amor porque siempre se enredó con hombres celosos que la trataban mal. Me duele que hablen mal de una persona tan especial como ella, pero también me afecta que mis parientes no se den el tiempo de conocerla. ¿Qué me aconseja?
CONSEJO
Querido Ernesto, si los dos se llevan bien, entonces son dichosos, olviden las críticas y lo que digan los demás y traten de ser felices. Cuando el amor es sincero y bonito, el resto de personas salen sobrando. Además, para el amor no hay edad. Deja que el tiempo ayude a tu familia a aceptar tu decisión. Suerte.
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