Los cítricos son, por excelencia, la mayor fuente de vitamina C. Entre ellos tenemos la naranja, la mandarina y el limón, como las alternativas más accesibles y, por ende, más consumidas. Pero ¿qué pasa si no te gustan o no puedes incluirlas en tu dieta? Para esos casos también hay otras opciones que les quiero recomendar.
La papaya, por ejemplo, es fuente de vitamina C y su consumo sería ideal, sobre todo, si se padece gastritis. La guayaba y el mango son buenas fuentes también y muy agradables, especialmente para el adulto mayor o los niños. El kiwi (con o sin piel) es, sin duda, una excelente alternativa no sólo por la vitamina C, sino también por sus componentes bioactivos que protegen nuestras células.
Si no quieres centrarte en uno o dos alimentos, opta por una ración generosa de ensalada cruda de diversos colores. Y de las frutas que incluyas en tu día que, al menos, una sea fuente de vitamina C.
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