Elegir un snack saludable puede marcar la diferencia entre mantener niveles de energía estables o caer en la tentación de opciones ultraprocesadas. Un buen punto de partida es optar por alimentos naturales o mínimamente procesados. Las frutas frescas, los frutos secos, el yogur natural y los vegetales como zanahorias o pepinos son excelentes opciones.

Presta atención a las etiquetas. Busca snacks bajos en azúcares añadidos, sodio y grasas saturadas, y ricos en fibra y proteína. Esto ayuda a prolongar la saciedad y estabilizar los niveles de azúcar en sangre.

Considera el tamaño de la porción. Un snack saludable no solo depende de la calidad, sino también de la cantidad. Un snack saludable debería contener entre 100 y 150 calorías.

Finalmente, planifica tus snacks. Tener opciones saludables a mano evitará que caigas en elecciones impulsivas menos nutritivas. ¡Comer sano no tiene que ser complicado ni aburrido!

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