Este titular se utiliza para reiterar que los alimentos no curan el cáncer. Sin embargo, una dieta saludable, variada y balanceada puede reducir el riesgo de esta enfermedad y ayudar a sobrellevar mejor el proceso.

Respecto a alimentos específicos, organizaciones e instituciones académicas, así como profesionales de la salud, avalan ciertos productos que, además de su valor nutricional, contienen componentes activos que pueden ser útiles en el tratamiento.

Por ejemplo, el Instituto Americano de Investigación contra el Cáncer publica estudios sobre los beneficios de ciertos alimentos asociados al tratamiento y la prevención del cáncer, así como aquellos cuyo consumo está relacionado con un mayor riesgo, como los embutidos y carnes muy procesadas.

Basado en la evidencia, las hortalizas y verduras frescas, las frutas enteras, los granos, las menestras y los tubérculos son los alimentos que ofrecen un mayor efecto protector. Siempre consulte con un profesional de la salud certificado.

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