La cantidad de alimento que necesitamos varía entre las personas; sin embargo, hay una manera práctica de calcular. Para ello es necesario tener bien claro el balance que debe haber entre los grupos de alimentos que se sirven en un plato o tiempo de comida.

Cuando hablamos de balance nos referimos a mantener la proporcionalidad adecuada entre los grupos de nutrientes (carbohidratos, grasa, proteínas, micronutrientes) y para ello damos el clásico ejemplo de un plato de fondo en el cual la mitad lo ocupa las verduras y/o frutas.

Esto significa que la mitad de lo que compone tu dieta debe tener estos alimentos. Siguiendo la misma línea, un cuarto del plato lo representa la proteína (huevo, pollo, pescado, etc.) y el otro cuarto el alimento que aporta la energía (pan, arroz, papa, quinua, menestra, etc.). Así logramos el balance.

Dicho esto surge la duda: ¿cómo sé cuánto necesito? Reduce la cantidad de carbohidratos que son la fuente de energía y para cubrir puedes incrementar la verdura o la proteína.