Ya lo pensaba Hernán Cortés o el propio Casanova que valoraban la capacidad “vigorosa” y “animosa” del chocolate y es que resulta que este manjar tiene dos componentes naturales (feniletilamina y anandamida) que llegan al cerebro y actúan generando una sensación de placer momentánea.

Por otro lado, en el 2019 se publicó un estudio en más de 13 mil adultos para ver qué relación había entre el chocolate y la depresión. Los resultados mostraron que las personas que consumían a diario chocolate alto en cacao tenían 70 % menos probabilidad de depresión en comparación con quienes no lo consumían.

A pesar de estos hallazgos no podemos concluir que debemos consumir chocolate a diario o que cure la depresión. Sin embargo, sí podemos tomarlo como un sano hábito en personas predispuestas a la depresión. La cantidad y la calidad son importantes. Si bien el estudio no da estos detalles, mi recomendación sería, para personas susceptibles, incluir una pieza diaria de 30 g de chocolate de 70 % de cacao junto a una dieta saludable.