Tuve el honor de ser madrina de matrimonio de una joven pareja. Él es limeño y ella de Huancavelica.
En medio de la algarabía se esperaba un momento muy especial: el regalo a los padrinos. Grandes y chicos de esta bella familia se levantaron de sus sitios y al son de una hermosa música regional bailaban cargando un lechón recién horneado y cajones con las mejores frutas para los padrinos.
Preparar una comida especial, agasajar con potajes a quienes quieres y valoras es una de las expresiones de afecto más honestas.
Que todos tengamos esos momentos en que preparemos con amor la mejor comida para esos seres queridos.