Lo primero es tener claridad sobre lo que se define como laxante. Por lo general se trata de una formulación con componentes químicos que pueden incluir componentes de alimentos. Suelen ser de venta libre, provocan y fuerzan la expulsión de las heces.

Los laxantes pueden tener varias formas de acción, por ejemplo: están aquellos que son ablandadores de las heces, otros formadores de masa, otros tienen efecto osmótico (introducen agua en el colon) y otros son estimulantes del peristaltismo (movimiento intestinal).

Los laxantes pueden ser útiles en condiciones puntuales en que el profesional de la salud lo indique. El mal uso puede causar dependencia y enmascarar un problema de fondo. Por otro lado, los laxantes suelen generar malestar digestivo como gases, dolor intenso y sensación de urgencia.

Por otro lado, los laxantes pueden interactuar con antibióticos, medicamentos para el corazón y los huesos. Puede ser peligroso si el estreñimiento es originado por una afección grave como obstrucción intestinal o una apendicitis.