La anemia por deficiencia de hierro es un flagelo en nuestro país y utilizo ese término, con todas sus letras, porque es vergonzoso que a pesar del impacto negativo que tiene en el desarrollo de los niños y adultos, nos mantenemos con cifras que siguen incrementándose.

Actualmente, 42.4% de menores de 3 años sufre anemia, muchos aún sin tratamiento. Tanto el tratamiento como la prevención requiere de un manejo multisectorial que involucra a padres y docentes.

Si tu niño siente sueño y está distraído en sus clases, no es sinónimo de flojera, puede tener anemia. Si presenta inapetencia o irritabilidad, no es sinónimo de engreimiento, puede tener anemia y debe ser evaluado por el pediatra.

Como padres responsables, deben identificar oportunidades para incluir en la dieta del niño alimentos ricos en hierro. La lonchera es un aliado. Suma preparaciones con pan o galletas caseras con sangrecita y bebidas cítricas de camu camu, naranja, etc., para que asimilen más hierro.

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