Debes saber que el huevo es un alimento altamente nutritivo y, por tanto, muy apetecible para los microorganismos. Lo bueno es que su cáscara, que es semipermeable, es un gran escudo para proteger su interior, sin embargo, de estar sucia por restos fecales de la gallina o gérmenes pueden causar diversas enfermedades.

Una vez que adquieras los huevos, debes limpiarlos con una franela limpia y seca para retirar los posibles residuos de suciedad. Luego, colocarlos a temperatura ambiente o refrigerarlos, pero evitando el contacto con otros alimentos (una buena idea es tener un mismo espacio sólo para los huevos).

Cuándo vas a consumirlos es obligatorio lavarlos bien y secarlos con papel para recién ahí cocinarlos. El huevo debe consumirse cocido. Ten en cuenta que los huevos que vienen empacados tienen fecha de vencimiento. Si comparas huevos a granel, consulta con tu proveedor sobre el tiempo de vida.

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