Tan indignante fue permitir que sigan libres Jonny Coico Sirlopú y su esposa Vilma Zeña Santamaría, acusados del encierro de jóvenes esclavizados que murieron quemados en la galería Nicolini, que el titular del Ministerio Público, Pablo Sánchez, solicitó ayer a la fiscal María Elena Hinostroza Centa que explique por qué no pidió la prisión preventiva de ambos.
Para Hinostroza nada importó que “El gringo” y su cónyuge se “pongan a derecho” tras una semana (cuando la prensa los ubicó) y que se nieguen a declarar al no llevar abogado a propósito. ¡Y luego preguntan por qué nadie cree en jueces y fiscales!
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