Mantén una correcta hidratación. En promedio se requiere de 6 a 8 vasos de líquido sin azúcar añadida todos los días. El agua es el mejor líquido para hidratarse; sin embargo, otros líquidos naturales sin azúcar añadida también cuentan. Si ya tienes alguna alteración renal debes evitar el agua de frutas y caldos por su aporte de minerales como potasio.
Evita la grasa de origen animal: piel de aves, grasa visible de carnes, crema de leche, margarinas y frituras. Estas grasas en exceso pueden adherirse incluso a las arterias que alimentan al riñón.
Incluye bayas como arándano rojo y azul, fresas, frambuesas y aguaymanto. Sus antioxidantes protegen las células, incluidas las del riñón.
Prepara tus alimentos saludablemente. Prefiere preparaciones al horno, guisos, a la plancha o a vapor.
No incluyas suplementos ni brebajes naturales que dicen reparar o mejorar el riñón. Cualquier medicamento o suplemento para este fin debe estar indicado por el médico.