La lógica nos dice que “sí”, sin embargo, muchas personas refieren que desayunar antes de ejercitar les genera malestar y menor tolerancia a la actividad física. Esto puede ocurrir porque la digestión requiere cierto flujo sanguíneo que se obtiene del bombeo cardiaco.

En otros casos, hay quienes sienten gran debilidad si ejercitan en estado de ayuno, esto debido a que despertamos con mínimos niveles de glucosa sanguínea y, al practicar deporte, estas reservas se agotan y puede causar mareos.

Si al ejercitar en ayunas no sientes ningún malestar, puedes mantenerte así, pero siempre bebiendo, al menos, un vaso con agua (si el ejercicio es leve) o una bebida rehidratante (si es intenso).

Por el contrario, si percibes malestar o menor resistencia, es mejor comer una fruta pequeña y beber un vaso con agua media hora antes de la actividad. Las frutas más convenientes son: 50g de arándanos o aguaymanto, 6 unidades de fresas o 2 unidades de mandarina. Retornando del ejercicio, se debe desayunar.

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