Es un error afirmar que un alimento nuevo no le gustará a los niños. La investigación demuestra que debes ofrecerle el alimento, al menos, 10 veces en diferentes preparaciones y momentos antes de eliminarlo de su dieta. Si finalmente no le gusta, identifica otro alimento similar para suplir su valor. Por ejemplo, si no le agrada el brócoli, puedes reemplazarlo por coliflor.

Otro error frecuente es premiar o castigar al niño con alimentos, esta acción puede generar una percepción equivocada de los alimentos buenos si los premias con dulce, o malos si los fuerzas a comer algo que no desean.

Lo que sí es acertado es dar el ejemplo. Si pretendes que coma hígado o ensalada, debe verte disfrutarlo y mejor aún si comparten juntos esa comida.

También es recomendable involucrar al niño en la compra de alimentos y en su preparación. De esa manera despierta el interés por probar nuevos alimentos y compartir tiempo de calidad con papá o mamá.

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