Desde la nutrición, entramos en estado de ayuno cuando la persona deja de alimentarse o hidratarse con bebidas que aportan calorías pasadas las 8 a 12 horas. El agua o la infusión natural sin ningún agregado no rompe el ayuno. Cabe señalar que algunos edulcorantes, entendidos como no calóricos, pueden interrumpir el ayuno si contienen maltodextrina.

Entrar en ayuno durante el sueño no es igual que si ocurre en el día. Durante el sueño, el cerebro ordena minimizar la actividad de nuestros órganos demandando así una mínima cantidad de energía. En el día, pasa lo contrario, el cuerpo activa todo para disponerse al trabajo y si llega a un periodo de ayuno, se activan mecanismos que lo fuerzan a gastar sus reservas para obtener la energía.

Estas reservas empiezan con la glucosa circulante en la sangre y el hígado. Luego, dependiendo de la capacidad metabólica de cada persona, se van gastando proteínas del músculo y grasa de reserva. No todas las personas pueden tolerar un ayuno diurno, se puede experimentar confusión mental, mareos, dolor de cabeza, desmayos, entre otros.

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