Los dientes son piezas fundamentales para la alimentación y digestión. La forma de los dientes se ha adaptado en función a la dureza y textura de los alimentos como las carnes, verduras, nueces o semillas. No contar con una dentición sana y completa, aminora la posibilidad de contar con una dieta variada y completa.

Esta situación se vuelve aún más crítica en la vida adulta y, en particular, después de los 60 años. A partir de esta edad, otros aspectos de la alimentación, digestión y absorción de nutrientes también se ven disminuidos como consecuencia normal del proceso de envejecimiento, lo que empuja a varios adultos a limitar tipos de alimento y, como consecuencia, incrementar las probabilidades de tener deficiencias nutricionales.

La digestión de los alimentos empieza en la boca. Los dientes realizan una partición física para que las enzimas digestivas, a lo largo del tracto, tengan mayor campo de acción al absorber los nutrientes.

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