El Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos define a la disfunción eréctil como la incapacidad de lograr o mantener una erección suficiente para un desempeño sexual satisfactorio, un problema de salud que afecta psicológica y socialmente a quién lo padece.
Muchos ignoran que la causa de esta disfunción está muy relacionada a problemas vasculares y estos, a su vez, pueden estar altamente asociados a factores ambientales que pueden controlares y así reducir la probabilidad de tener este problema.
Las enfermedades crónicas no transmisibles, especialmente la diabetes, puede causar disfunción eréctil. La obesidad y las grasas elevadas en sangre afectan la circulación sanguínea y esto puede evitar una buena circulación de sangre necesaria para la erección masculina.
Por eso, una vez más, los estilos de vida saludable reducen el riesgo de padecer esta y otras enfermedades.
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