La respuesta puede ser obvia: “la hoja natural es mejor”, sin embargo, no es así.
La respuesta puede ser obvia: “la hoja natural es mejor”, sin embargo, no es así.

La respuesta puede ser obvia: “la hoja natural es mejor”, sin embargo, no es así. Como les explicaba en mi columna anterior los edulcorantes no calóricos, naturales o artificiales son aditivos alimentarios que deben pasar por una rigurosa evaluación para asegurar su inocuidad y, además, deben demostrar no tener efectos farmacológicos.

En el caso de la stevia, los estudios confirmaron que el consumo o el uso directo de la hoja de stevia en infusión o como edulcorante tiene efectos farmacológicos: es capaz de reducir la presión arterial y de disminuir la glucosa sanguínea y, por tanto, las hojas no han sido aprobadas como edulcorante (aditivo alimentario).

Lo que sí ha sido admitido son un grupo de esteviósidos que forman parte de la hoja y que son los que se extraen para elaborar el edulcorante en sus 3 presentaciones: pastilla, polvo, líquido. Esta propiedad de la hoja ha demostrado tener capacidad edulcorante, no aportar calorías, no elevar la glucosa sanguínea (ya que no se absorbe) y tampoco tiene efecto farmacológico.

TE PUEDE INTERESAR: