El cabello se alimenta en la raíz gracias al torrente sanguíneo que carga nutrientes, sumado a ello y de acuerdo a la información genética que posean las células especializadas para este fin, crece nuevo cabello. Con la edad y la herencia, la capacidad de mantener el volumen total de pelo, se pierde o se mantiene.

Sin embargo, hay situaciones que pueden promover una mayor caída como el estrés o una mala alimentación. Por ejemplo, aquellas que restringen algún tipo de nutriente como los carbohidratos o las que evitan las  proteínas de origen animal, promoviendo una pérdida muy rápida.

Si la caída del cabello es por la dieta, lo primero que debe hacer es asegurar las proteínas de origen animal como huevo, leche y carnes, y también ver que no falten alimentos fuentes de biotina (yema de huevo, menestras, nueces). Asimismo, que no exista anemia por falta de hierro (hígado, sangrecita, bazo).

Si el motivo es estrés, la suplementación con biotina u otros multivitamínicos del complejo B pueden ayudar, siempre bajo el cuidado de un profesional.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: