Si bien es cierto que las vitaminas y minerales son los potenciales antioxidantes de las frutas, en la manzana esta propiedad se debe a la cantidad de sustancias químicas naturales (fitoquímicos) concentradas en su cáscara. Los antioxidantes neutralizan los radicales libres que oxidan nuestras células aumentando así el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, degenerativas y cáncer.

La cáscara de la manzana contiene fibra insoluble que ayuda a la evacuación intestinal, de tal manera que si la comemos cruda y con cáscara previene el estreñimiento.

Actualmente, en los supermercados podemos encontrar salvado de manzana que es justamente este tipo de fibra que resulta muy agradable de incluir en nuestras preparaciones de galletas o ensalada de frutas con yogurt. Recuerde tomar luego un vaso de agua para hidratar esta fibra y lograr la evacuación intestinal.

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