Conocemos diversos tipos de leche como la fresca, evaporada, en polvo, deslactosada y descremada, pero, ¿han escuchado sobre la mezcla ?

La mezcla láctea suele producirse en presentaciones de lata, botellas plastificadas o, incluso, en polvo y, si bien están constituidas, al menos, de 60% de leche no se les considera un lácteo debido a que se encuentran combinadas con otros ingredientes distintos.

Fue creada con la finalidad de ofrecer un producto a menor costo, pero también como un vehículo para incluir vitaminas, minerales, entre otros, logrando una fortificación que puede beneficiar, por ejemplo, a personas con deficiencia de hierro (siempre que dicha mezcla esté fortificada).

Dependiendo de los ingredientes y, sobre todo, de los nutrientes añadidos dicha mezcla puede tener un valor nutricional interesante. ¿Qué escoger finalmente? Depende de la necesidad y la posibilidad individual.

La leche es, por excelencia, una buena fuente de calcio y proteína. La mezcla láctea, en cambio, gracias a la fortificación con hierro podria ayudar a la prevención de anemia. Cabe resaltar que no todas las mezclas lácteas son fortificadas.

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