Desde el nacimiento hasta el término de la adolescencia todo alimento y bebida está destinado a abastecer el cuerpo del menor justamente para poder crecer y desarrollarse saludablemente. En esta etapa la velocidad e intensidad con que ocurren ambos procesos demandan de una alta cantidad de energía y nutrientes que proviene de su alimentación.

La capacidad gástrica de los niños es pequeña, si limitáramos sus comidas o nos ocupáramos solo de asegurar buenos alimentos en el desayuno, almuerzo y cena, no alcanzaríamos a cubrir esas necesidades. Por ello, el escolar requiere, por lo general, 5 tiempos de comida: desayuno, lonchera, almuerzo, lonche y cena. Es necesario cumplir con este régimen alimenticio.

Tanto la lonchera como el lonche, deben cubrir el 15% de las calorías del día cada uno, es decir, la cantidad de alimento debe ser menor y debe permitir espacio para sentir apetito para la siguiente comida.

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