Pierre Delbet fue un médico y cirujano francés que vivió entre 1861 y 1957. Delbet fue uno de los primeros en reconocer la importancia del magnesio en el cuerpo humano y explorar sus propiedades terapéuticas. Se encargó de estudiar y promover los efectos antibióticos de este mineral.
En 1915 buscaba una solución para limpiar las heridas de los soldados, ya que descubrió que los antisépticos tradicionalmente utilizados dañaban los tejidos y fomentaban infecciones en lugar de prevenirlas. En todas sus pruebas, la solución de cloruro de magnesio fue la mejor. No solo era inofensiva para los tejidos, sino que también aumentaba considerablemente la actividad de los leucocitos y la fagocitosis, es decir, la destrucción de microbios.
Más tarde, el profesor Delbet también realizó pruebas con aplicaciones internas de cloruro de magnesio y descubrió que era un potente inmunoestimulante. En sus experimentos, la fagocitosis aumentó hasta un 333%. Esto significa que después de la ingesta de cloruro de magnesio, la misma cantidad de glóbulos blancos destruyó hasta tres veces más microbios que antes. Gradualmente, el profesor Delbet encontró que este compuesto era beneficioso en una amplia gama de enfermedades.
La ciencia ha ido confirmando las investigaciones de Delbet. Hoy en día, el magnesio sigue siendo reconocido como un mineral que desempeña un papel importante en la función muscular, nerviosa y en otros procesos fisiológicos. La mayoría de las personas podrían estar presentando deficiencia, así que se recomienda que casi todos tomen magnesio (excepto en casos de insuficiencia renal, que, ojo, no es lo mismo que cálculos renales), es inofensivo y lo necesitamos para el funcionamiento adecuado del cuerpo. Gracias, maestro Delbet.
TE PUEDE INTERESAR:
Comer para vivir: Japón, país de la buena salud
Comer para vivir: La granada está de moda
La columna de Pérez Albela: Las beneficiosas compresas del aceite de ricino