Magaly Moro

Fátima (27 años, San Luis). Señora Magaly, me siento tan ilusionada como una muchachita de quince años. Le cuento que desde el 15 de julio, día en que vi juramentar en televisión nacional a un atractivo caballero, mi corazón ya tiene dueño. Le hablo de Martín Ruggiero, el actual ministro de Trabajo y Promoción del Empleo.

Siempre me han gustado los hombres de mi edad, inteligentes y con picardía en la mirada. Por ello, no pude evitar asombrarme cuando vi a Ruggiero por primera vez. Su sonrisa y elegancia hicieron que me derritiera por dentro. Solo me bastó verlo un instante para caer rendida a sus pies y, rápidamente, buscarlo en todas las redes sociales para seguirlo. Desde entonces, soy su fan número uno y estoy al pendiente de cada uno de sus tweets. Sin embargo, mi familia está empezando a molestarme con el tema, especialmente mi padre, quien no está contento con su cargo de ministro y le cae muy mal porque asegura que es un envarado.

Mire doctora, todo lo que le cuento es solo una ilusión, yo sé que lo nuestro jamás será posible por obvias razones. Aún así, me fastidia que mi papá diga todo eso de él. Yo creo que no tiene nada de malo tener un "crush". Total, todos hemos tenido uno en la vida, ¿no cree?

Le cuento todo esto porque estos últimos días han sido bastante irritantes, ya que las burlas y chistes malintencionados no faltan en mi casa. ¿Qué debería hacer? No sé si ignorar lo que dicen de Martín o hacerle un paro a la situación. Tampoco deberían despotricar contra él, cuando no lo han visto trabajar.

Ojo al consejo

Querida Fátima, te sugiero que hables seriamente con tu familia para que dejen de molestarte. Sin embargo, como bien dices, es solo un amor platónico, así que tampoco te tomes muy a pecho los comentarios que podrían hacer solo el actual ministro de Trabajo. Cada quien tiene su propia opinión y mientras dejen de involucrarte, puedes estar tranquila. Suerte.