Magaly Moro

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Ricardo (30, Breña). Señora Magaly, estoy destrozado. Vanessa era el amor de mi vida. Creí que nuestra relación era sólida y que en esta primaba el amor y la sinceridad. Ahora, no sé si ella realmente me amó. De lo único que estoy seguro es de que yo sí la amé, aún la amo. Siempre se lo demostré, por eso no entiendo su traición.

Desde abril ella cambió. Recuerdo que en ese mes comenzó a cancelar nuestras salidas. Si un sábado en la mañana la invitaba al cine, en la tarde me decía que no llegaba porque se le había hecho tarde en la peluquería.

Este se convirtió en un motivo muy recurrente de la cancelación de nuestros encuentros. Mi pareja me decía que necesitaba verse hermosa y que por eso iba dos veces a la semana a embellecerse. Además, dejamos de tener relaciones.

Toleré esta situación hasta el domingo antepasado, día en que decidí darle una sorpresa llevándole unas flores a la peluquería donde ella se atiende. No me imaginé que el sorprendido sería yo.

Encontré el local con la puerta entreabierta y a mi chica besándose apasionadamente con un muchacho que resultó ser su estilista.

Al verla, le reclamé y al hombre lo golpeé. Ella me dijo que estaba confundida con sus sentimientos y que lo mejor sería que nos demos un tiempo. Al escucharla, le dije que nuestra relación se había terminado definitivamente.

Sin embargo, no puedo vivir sin ella. He pensado decirle que estoy de acuerdo en darnos un tiempo y que me permita reconquistarla. ¿Cree que haría bien?

Ojo al corazón

Estimado Ricardo, lamento mucho tu dolor, pero lo mejor es que se haya terminado tu relación. Tu novia falló al no ser sincera y revelarte su confusión. Además, cometió una falta al engañarte con otra persona, lo que habría sucedido desde hace varios meses. Te aconsejo que la olvides, está claro que ya no te ama. Enfócate en ti, en tus metas, así lograrás olvidarla. Suerte.