Mi esposa se fue, pero la sigo amando
Mi esposa se fue, pero la sigo amando

BRUNO (31, San Martín de Porres). Estoy atravesando un momento terrible, doctora. Resulta que mi esposa, Gloria, viajó al extranjero hace cuatro años, llevándose a mis hijos y, tácitamente, nos separamos, aunque yo la sigo adorando. A pesar de la distancia, mi corazón aún le pertenece, quisiera estar a su lado y me siento desdichado, más ahora que está saliendo con otro hombre en el país donde radica.


Sus amoríos me lo contaron mis dos hijos que viven con ella, con los que converso religiosamente todas las semanas. Yo les mando dinero de propina y estoy pendiente de lo que necesitan, cómo les va en sus respectivos colegios y si están bien de salud. Con Gloria, en cambio, nuestros diálogos son eventuales, generalmente por algún reclamo de ella, un reproche o para reiterarme que están muy felices lejos de mí.


Eso me duele mucho, doctora. Pero lo peor es que siento que, al salir ella con otro hombre, la estoy perdiendo definitivamente y tengo mi alma hecho jirones. En el fondo de mi corazón yo anhelaba una reconciliación y volver a ser felices como al comienzo.


Desavenencias que no vienen al caso nos distanciaron y ella optó por marcharse al extranjero donde tiene familia y oportunidades de trabajo. Yo he intentado rehacer mi vida sentimental. He salido con algunas chicas, pero en todas busco algo de Gloria, una similitud o simplemente encontrarla a ella.
Eso me dijo Pamela, una chica que hice mía en un hostal. “Tú imaginabas que le hacías el amor a tu esposa”, me reclamó fastidiada dejándome convencido de que la extraño a gritos.

CONSEJO:  Pienso que tu esposa ya no te quiere y debes rehacer tu vida. Ella misma te ha dicho que lo de ustedes ya fue. Solo te queda resignarte.