Emprendedora innova con turrones de aguaymanto, café y naranja-limón

Actualizado el 10/09/2022, 09:00 a.m.

El turrón es uno de nuestros patrimonios gastronómicos con mayor cantidad de feligreses y Cecilia Encinas lo sabe muy bien. Por esta razón, en 2001 se puso manos a la obra o, mejor dicho, a la masa, y decidió emprender, junto a su esposo José Antonio Enciso, con “El Secreto de Doña Tila”, una marca artesanal de turrones con opciones como aguaymanto, café, naranja-limón y también el sabor tradicional. “Las jaleas tienen pura fruta y eso se siente, evitamos echarles preservantes, saborizantes y colorantes”, revela Cecilia.

TILA. TILA. Luego de largos años de servicio en la PNP, esta pareja de esposos se animó a invertir, hace 25 años, en la pastelería. Empezaron vendiendo turrones de otras panaderías y, aunque ganaban poco, descubrieron que era un buen negocio. No obstante, la verdadera promotora de este emprendimiento fue la suegra de doña Cecilia (a la que llamaban Tila), quien los alentó a tomar clases, a tecnificarse y seguir innovando integrando frutas e insumos peruanos. “En el 2001 comenzamos a hacer nuestro propio turrón, contratamos un maestro panadero y parte de una panadería para sacar el primer lote de la campaña de octubre”, recuerda Cecilia. Ocho años después, fueron invitados a la feria de Mistura y, para marcar la diferencia, crearon el “turrón con jalea de maracuyá” que fue todo un éxito. Otro de los atributos es que a la masa le agregan una cantidad generosa de ajonjolí, el mismo que suelta sus aceites naturales y permite que la galleta sea más crocante. Hoy cuentan con más opciones como aguaymanto, café y naranja-limón.

PERSEVERANCIA. Sobre sus inicios, la fundadora de “El Secreto de Doña Tila” afirma que les tomó tiempo que el público valorara la calidad de sus productos, pero que lo han logrado. Gracias a su esfuerzo y sacrificio, actualmente cuentan con su propio taller en el distrito de San Martín de Porres, con los implementos industriales como hornos, batidoras, bandejas, entre otros, que les permite vender el tradicional dulce limeño durante todo el año.

METAS. Su próximo paso es exportar sus productos, inicialmente a España, y continuar distribuyendo sus turrones a diferentes markets a nivel nacional.