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Las gaseosas pueden ser ricas y hasta refrescantes pero no son buenas para la salud. Así lo afirma la nutricionista de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón (UNIFE) Slovenia Ulloa. “Los colorantes que contienen traen como consecuencias enfermedades metabólicas como la obesidad, diabetes mellitus II, hipertensión arterial, a demás de producir descalcificación de los huesos y alergias”, alerta.

Otro de los efectos negativos es que incrementan los niveles de fósforo, mineral que ayudan a mantener los huesos fuertes, que siempre debe estar en equilibrio con el calcio. “Al estar mas alto el fósforo, el calcio sale del hueso hacia la sangre para contrarrestar esta acidez, perdiendo este mineral en la orina. Esto provocará que los huesos se vayan desgastando, exponiéndonos a sufrir descalcificaciones que pueden llevar a osteopenia y/o osteoporosis” advierte la doctora.

En cuanto al consumo de gaseosas Light tampoco evita estos efectos pues aunque estas bebidas no contienen azúcar, los sustitutos de ella (edulcorantes) producen entre otras cosas, problemas en el páncreas, sistema nervioso y hígado, órganos vitales al igual que posibles efectos ocasionadores de cáncer.

Ulloa alerta que si bien el consumo de gaseosas es perjudicial para toda la población, las personas más vulnerables a los daños son los pequeños pues están en toda la formación de sus hábitos alimentarios. Por ello, exhorta a optar por las  bebidas naturales como jugos o agua.