Desde su vestimenta hasta su lenguaje, Herman Patow no cumple con el estereotipo de los abogados, que suelen usar trajes formales y expresarse con términos complejos. “Opté por mostrarme en redes sociales tal y como soy, eso hizo que la gente se identificara, primero, con un ser humano y luego con un abogado”, expresa. Y aunque su idea nunca fue convertirse en un creador de contenido, con una importante comunidad de seguidores que buscan entender sus derechos, obligaciones y todo lo que comprende el sistema jurídico, especialmente en el rubro corporativo, tema en el que se especializa. Diario Ojo conversó con el popular “influencer legal” para hablar de sus inicios y evolución en las redes sociales.

¿Por qué elegiste estudiar Leyes? Elegí la carrera de Derecho porque desde que era un niño mi abuela me decía que debía ser abogado porque me gustaba reclamar, creo que ahí se metió en mi cabeza la idea de ser abogado, pero sin necesariamente saber en qué rama o qué tipo de abogado quería ser. Luego, conforme los años pasaron, elegí estudiar Derecho porque quería ser un abogado de empresas, los negocios siempre me han gustado y sabía que estudiando ese tipo de especialidad iba a poder ver temas más vinculados con lo que me gustaba y, además, obtener información sobre cómo funcionaban los negocios para también ser cada vez más un mejor empresario.

¿Cómo y cuándo surge la idea de convertirte en “abogado influencer”? En realidad, no inicié con esa idea. Mi objetivo desde el 2016 fue comunicar mis servicios, pero me di cuenta que existía una gran brecha de información entre el sector legal y el privado, que con mi contenido parecía acortar. Al ser el único que hacía contenido de temas legales de forma didáctica, la gente comenzó a identificarme como un “influencer legal”, algo que hasta hoy me abre muchas puertas, no solo con clientes, sino con marcas que resuenan con mi audiencia y también me hacen propuestas comerciales.

¿Cuál ha sido el mayor reto de adaptar la abogacía al mundo digital? Como en la cabeza de la gente lo legal no era tan “atractivo”, el principal reto fue despojarme de la figura del abogado tradicional para entender que el mundo digital tenía otras reglas. Al principio, se me complicó llegar a las personas, pero entendí que la mejor forma de transmitir conocimiento era con entretenimiento. Es decir, dar la información de manera clara y, para mantener la atención, con un poco de humor.

Eres el primer caso real de monetización a través de redes sociales por la prestación de servicios legales. ¿Cuáles crees que han sido las claves de tu acogida? Creo que una de las principales claves ha sido mostrarme tal y como soy. Las personas están acostumbradas a la imagen rígida del abogado en terno y con una biblioteca detrás suyo mientras habla. Pese a que me encanta usar terno, opté por mostrarme en redes sociales tal y como soy en todo momento. Creo que eso hizo que la gente se identificara, primero, con un ser humano y luego con un abogado. Además, uno de los factores principales también ha sido saber comunicar temas legales de una manera sencilla y accesible, así como poder empaquetar los servicios que ofrezco para que una persona pueda entender con claridad qué hago, cómo lo hago y, con la presentación de mi contenido, que sepa que lo hago bien.

¿Consideras que, en la actualidad, aún se sigue viendo el asesoramiento legal como algo caro e inaccesible? Sí, de hecho hemos heredado eso por el sistema de facturación antiguo en el cual te cobran desde que te están mirandO. Eso es más por un tema de escasez en la oferta. Si la oferta únicamente son los estudios grandes de abogados cuyos clientes no bajan de ser grandes empresas, entonces para una micro, pequeña o no tan gran empresa cualquier cotización de ese tipo de estudio va a ser muy cara. Hoy, con la presentación de una oferta más variada, flexible y capaz de entender que el sector está cambiando, podemos despojarnos de ciertas prácticas que no suman a la profesión ni a la captación de clientes.

¿Qué temas legales consideras que todo ciudadano debería conocer? En primer lugar, tiene que saber cómo funciona el Estado, quién promulga las Leyes, cuándo esta facultad puede ser delegada al Poder Ejecutivo, qué tipo de entidades públicas existen y por qué son importantes. Después, desde mi punto de vista como abogado corporativo, una persona tiene que saber sí o sí cuáles son esas obligaciones que su empresa tiene por el simple hecho de existir. Un gran número de empresas fracasa por una contingencia legal, esto porque no tienen conocimiento de todos los aspectos vinculados con la existencia de una empresa, como los laborales, tributarios, societarios, contractuales y demás.

Brindas asesoría legal para empresas, ¿cuáles son los errores más comunes al crear un negocio en nuestro país? Primero, no tomarse el tiempo para personalizar el estatuto de una empresa; segundo, ignorar las obligaciones laborales al contratar personal y, finalmente, los problemas por firmar un contrato sin haberlo revisado.

Desde tu experiencia, ¿cómo se debería estructurar un negocio digital? Un negocio digital, usualmente, necesita los siguientes pasos legales:

1. El objeto social de la empresa debe contemplar actividades vinculadas con este tipo de negocio para evitar, entre otras cosas, problemas con la deducción de gastos ante SUNAT.

2. El negocio debe contar con el contrato digital conocido como “Términos y Condiciones”, aquél que aceptan los usuarios y que los vincula con la empresa y el servicio digital.

3. Como lo más probable es que se reciban datos personales de los usuarios, la empresa debe contar con un banco de datos personales y una política adecuada de tratamiento de datos.

4. En caso valga la pena, registrar el software creado a través del negocio digital. Esto sin perjuicio del registro de la marca correspondiente que nunca puede faltar.

¿Qué mitos alrededor de la asesoría legal derribarías? Creo que con mi forma de prestar servicios legales, los mitos los derribo con ejecución. Mi empresa y marca personal ya han derribado bastantes, tales como: que los abogados te cobran desde que te están mirando, que no se les entiende al momento de comunicar qué es lo que te están entregando y que sus tiempos de respuesta no son tan rápidos. En ASESORI, eso no sucede porque nuestro objetivo desde el principio fue construir una marca que fuese en contra de las taras que sabíamos existían en el sector.

¿Cómo describirías tu trabajo en redes sociales? Creativo. Creo que esa palabra lo define todo. He podido llegar a miles de personas a punta de creatividad, no solo para saber cuál es la mejor forma de mostrar mi contenido, sino para entender qué más variables tengo para explotar y así cada vez llegar a más personas.También lo describiría como entretenido, creo que entretiene mucho crear contenido y comunicarlo, es un poco lo que le da balance a mi vida como abogado en esta nueva era de asesoría legal.

¿Qué temas son los más pedidos para abordar en El Fudirectorio, tu podcast? El Fudirectorio es un Podcast que tiene como eje comer mientras hablo de negocios como los invitados. Este se divide en 4 partes: la sección personal (preguntas sobre la persona que estoy entrevistando), sección de negocios (preguntas sobre el nicho en el cual se desarrolla el invitado), sección “FUDI” (momento de la presentación del plato de comida y su puntuación) y “la ruleta”, un juego en donde se responden preguntas polémicas como retos. Creo que la parte favorita de la gente es la de la comida, la de la ruleta y la de negocios.

¿Cuáles son tus metas a mediano y largo plazo? Mi meta empresarial, con ASESORI, es y siempre será ser la mejor experiencia de asesoría legal en el mercado, lo que significa tener el mejor servicio legal con todo lo que eso engloba. Eso no solo implica tener una cartera de clientes cada vez más grande y crecer como empresa, sino continuar dotando de características únicas nuestra forma de brindar el servicio legal. Como creador de contenido legal, me gustaría pasar los 100,000 seguidores y volverme un referente en la industria, de hecho ya hay otros abogados que me escriben pidiéndome consejos sobre cómo deben mostrarse en redes sociales. Creo que me contento con que mi empresa crezca cada vez más, es decir, que el día de mañana todos sepan que ASESORI es el mejor jugador del mercado; y que la gente sepa que soy el abogado más influyente del Perú.

¿Cómo equilibras tu tiempo para cumplir con tu labor de abogado y como creador de contenido al mismo tiempo? Organización. La organización es la clave para todo, te permite saber anticipadamente de cuánto tiempo dispones para así distribuirlo entre todas las cosas que son importantes para ti. Usualmente grabo contenido los viernes porque es el día donde mi labor como abogado demanda menos de mí, pero en realidad es cuestión de organizarse y tener la capacidad de adaptarte a los cambios. Finalmente, creo que gran parte también es el balance, tener un espacio para uno mismo y sus seres queridos es parte de la ecuación, sin mencionar al gran equipo que tengo detrás, tanto en ASESORI como en la creación de contenido.

Dicen que “la abogacía es la profesión con la peor fama del mundo”. ¿Qué dirías al respecto? Creo que es un dicho que el propio sector se ha ganado, pero que así como se lo ganó también puede despojarse del mismo. Las acciones son las determinan lo que otro puede pensar de ti, entonces está en nosotros como abogados cambiar la imagen que muchas personas tienen de nuestra profesión. ¿Cómo? Siendo responsables al momento de prestar el servicio, reconociendo que el servicio no es solo legal sino implica también brindar reales soluciones a tus clientes y preocuparte por ellos, que no todos es dinero y que el consejo legal tiene el poder de definir el destino de una empresa, por ello debe tratarse con suma responsabilidad.

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