El es una enfermedad que afecta al nervio óptico. Cuando la patología avanza, causa un daño en el campo visual del paciente generando con el tiempo una ceguera progresiva e irreversible. Según Santiago Encinas, especialista de Oftálmica Clínica de la Visión, es una patología que hasta en etapas avanzadas no presenta síntomas, por eso se le considera el “ladrón silencioso de la visión”. Por ello, de acuerdo a la (OMS), es la primera causa de ceguera irreversible en el mundo. A su vez, es la segunda causa de ceguera en el Perú.

Factores de riesgo

El único modificable, es el incremento de la presión intraocular. Sin embargo, existen otros factores que no se pueden cambiar como la edad, siendo los mayores de 40 años los que presentan más riesgo de aparición. Otros factores son las enfermedades crónicas como la hipertensión arterial y la diabetes. Además, están las personas que tienen familiares con glaucoma, la raza afrodescendiente y latina, la miopía o hipermetropía, el consumo prolongado de corticoesteroides y antecedentes de traumatismos oculares o cirugías oftalmológicas complicadas.

Impacto del COVID-19 en pacientes con glaucoma

La propagación del COVID-19 a nivel mundial ha afectado a todas las enfermedades que requieren atención continua por ser enfermedades crónicas, entre ellas, el glaucoma. El inicio de la pandemia generó que se deje de controlar la presión intraocular con la misma frecuencia que antes y no se ha podido advertir a muchos pacientes los avances de la afección. A su vez, se ha visto que más personas han abandonado su tratamiento por largos periodos de tiempo.

Sin embargo, esta situación también ha traído un impacto positivo. Se han desarrollado nuevas estrategias de seguimiento para que en un mismo día el paciente pase por su cita médica, pero a la par por sus exámenes. Se han comenzado a usar métodos para tomar la presión intraocular que tengan menor riesgo de contagio, dispositivos desechables o que tengan poco tiempo de contacto con el paciente. A su vez, las teleconsultas han ayudado a hacer seguimiento a los pacientes crónicos controlados. “La pandemia nos ha permitido tener nuevas herramientas de control a los pacientes y usar la tecnología para su cuidado oportuno”, indicó el doctor Encinas.

Cuidados en pacientes con glaucoma

1. Acudir a consultas presenciales: Se recomienda que un paciente con glaucoma ya diagnosticado y con presiones intraoculares controladas, asista a consulta presencial cada 3 meses. No obstante, si es un caso recién diagnosticado o donde su presión intraocular no ha alcanzado los valores adecuados, deberá acudir cada mes para verificar la efectividad del tratamiento o plantear algún cambio.

2. Optar por tratamientos definitivos que disminuyan la presión intraocular: Se sugiere elegir tratamientos que puedan reducir la presión intraocular sin necesidad del tratamiento farmacológico. El tratamiento láser (Trabeculoplastía Láser Selectiva) garantizará que la presión intraocular esté controlada por más tiempo evitando que el paciente tenga que acudir con mayor frecuencia a una atención presencial.

3. Realizar teleconsultas: El especialista recomienda optar por este servicio de salud de manera remota para absolver dudas, orientar al paciente y darle continuidad al tratamiento crónico. De esta forma se podrá monitorear a las personas que tengan menor riesgo de pérdida de visión y se le dará la orientación necesaria a los que tengan mayor posibilidad de pérdida visual para acudir de manera oportuna a una cita presencial.

4. Contar con medidas de higiene al aplicarse las gotas: Si el paciente usa gotas como tratamiento, se sugiere que se lave bien las manos con agua y jabón durante 20 segundos antes y después de aplicarse las gotas. A su vez, el doctor precisa usar pañuelos desechables para la limpieza de las gotas que salen del ojo cuando se aplica el tratamiento. Siendo así, se reducirá cualquier riesgo de contagio.

El doctor Santiago Encinas resalta la importancia de mantener un estilo de vida saludable. Una dieta rica en antioxidantes, frutas y verduras de hojas verdes (acelgas o espinacas) puede ayudar a contribuir en los pacientes con glaucoma y a retrasar el riesgo de aparición de este mal en las demás personas. En el caso de los que no tengan diagnosticada la enfermedad, se les recomienda acudir una vez al año a una revisión oftalmológica de manera presencial para poder detectar este mal a tiempo. Cabe indicar que los centros de atención visual, están atendiendo siguiendo rigurosos protocolos de bioseguridad para cuidar la salud ocular de los paciente.

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