Las relaciones, independientemente del tiempo que lleven, pasan por etapas que incluyen altibajos. Muchas veces querer salvar esta unión conlleva a emplear nuevas herramientas como terapias de pareja o individuales que permiten resolver los conflictos.
Pero, ¿qué ocurre cuando solo uno pone de su parte? José Carlos Elías, psicólogo clínico y representante de Foreplay, señala que es común que al iniciar un tratamiento de pareja ambos acudan a una primera cita, en que se evalúa los problemas de cada uno y los objetivos que quieren lograr.
Sin embargo, a veces sucede que con el paso de las sesiones uno de los dos se desanima, pone excusas y se niega a acudir más con el profesional. Tal situación provoca que quien está interesado desista y deje de buscar ayuda especializada.
“La terapia es algo que deben decidir ambos miembros y no acceder solo por darle gusto al otro. Además, es importante reconocer que las sesiones ayudarán a dar pautas de cómo mejorar la relación, pero el cambio está en la misma pareja”, explica.
AUTOANÁLISIS
Muy pocas personas reconocen que los problemas también son por ellas y tienden a culpar al otro. Si la persona no cambia no hay solución. Frente a ello, Elías aconseja tener un compromiso con uno mismo.
“No hay forma de engañarse a uno mismo. Muchas veces la pareja nos trata de acuerdo a cómo nos comportamos o cómo dejamos que actúen con nosotros. Si no cambiamos nuestra conducta, no lograremos que la relación cambie”,
Por ello, el psicólogo motiva a llevar una terapia individual, manifestar sus emociones y sanar sus frustraciones para luego empezar una sesión con su pareja.
- RESPETO: En ocasiones, uno de los miembros de la pareja no ve el problema. No la presione, tenga paciencia y evite discutir, pues eso provocará más daño en la relación.
- AYUDA: El miedo a lo desconocido y, en algunos casos, las experiencias negativas que provienen de terapias anteriores pueden evitar que busque ayuda.
- COMUNICACIÓN: Si siente celos, desconfianza, aburrimiento o monotonía es mejor que converse con su pareja. No lleve todo al extremo, ni piense que todo está perdido.
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