La miel es un alimento natural constituido principalmente de glucosa y fructosa y aún cuando puede contener algo de proteína y minerales, que le confieren el color característico, se le considera un azúcar natural y como tal es fuente de energía inmediata.
Ser fuente de energía inmediata resulta potente para actividades que demandan un esfuerzo físico, pero en el caso de la población general y en especial los niños, no se requiere de azúcares adicionales para cubrir necesidades de energía. La mejor manera de obtener energía inmediata es a través de la fruta fresca.
Por otro lado, el motivo principal por el que no se recomienda miel en menores de 3 años se debe a que puede cargar esporas, no visibles al ojo humano, de una bacteria llamada clostridium botulinum, cuyas toxinas pueden causar botulismo. A diferencia de los mayores de 3 años, este grupo etario no es capaz de neutralizar dichas esporas y, por lo tanto, pueden correr el riesgo de desarrollar la enfermedad.