Magaly Moro

Sofía (Callao, 27 años). Doctora Magaly, me animé a escribirle porque estoy segura de que me ayudará a aclarar una inquietud amorosa que tengo.

Me considero una chica cariñosa, que le gusta expresar sus sentimientos y pensamientos hacia su familia, amigos y pareja. Como parte de estas demostraciones de afecto suelo decirle a mis seres queridos cuánto los amo y valoro. Esa es mi naturaleza.

Nunca me pareció incorrecto decir palabras de estima hasta que, hace dos semanas, mi enamorado, Julio, se enojó mucho conmigo porque lo llame “bebecito” frente a sus compañeros de trabajo.

Doctora, no se imagina cómo se puso. Con la mirada parecía que me quería borrar de la faz de la Tierra. Apenas sus amigos escucharon la palabra “bebecito”, comenzaron a reírse. En esos momentos mi pareja no me dijo nada, pero luego de unos minutos, cuando nos encontrábamos solos, descargó su furia.

Me dijo que cómo se me ocurría llamarlo de esa forma, que lo había dejado en ridículo frente a sus amigos y que nunca más lo vuelva a llamar de así.

Le contesté que no entendía su enojo porque siempre le había dicho frases bonitas y que no era la primera vez que lo llamaba de una manera parecida. Él me respondió que estaba bien si lo hacía en privado, pero que nunca delante de sus amigos porque lo avergonzaba.

No lo entiendo, doctora. ¿Acaso está mal que le manifieste mi amor?, ¿por qué tengo que ocultarlo delante del resto? Aconséjeme, señora Moro, por favor.

Ojo, consejo

Estimada Sofía, no tiene nada de malo que exteriorices tus afectos y llames de esa forma a tu enamorado. Debes hablar tranquilamente con él sobre su actitud y tratar de entender lo que a él le molesta. Seguramente llegarán a un consenso. Una simple expresión amorosa no es algo que pueda generar un problema grave entre ustedes. Mucha suerte.

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