La avena es una opción nutritiva, económica y versátil que te ayuda a comenzar bien la mañana. La avena hizo historia cuando se convirtió en el primer alimento con una etiqueta de declaración de propiedades saludables de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en 1997. La declaración de propiedades saludables estaba relacionada con la salud del corazón y mostró que la ingesta de productos de avena entera disminuyó los niveles de colesterol en sangre.

La avena contiene un tipo de fibra soluble, llamada betaglucano, que disminuye los niveles de glucosa y colesterol en sangre, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardíacas y diabetes. El betaglucano también promueve la salud de las bacterias y la salud intestinales. Se ha demostrado que consumir una dieta rica en cereales integrales y otras fuentes alimentarias de fibra protege contra las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2 y los cánceres de mama, colon y recto, según un estudio publicado en febrero de 2019 en The Lancet.

Comer avena con regularidad puede tener beneficios para el control de peso, ya que media taza de avena cocida en una taza de agua tiene 165 calorías, 4 gramos de fibra y 6 gramos de proteína. El contenido de fibra y proteína contribuye a sentirse satisfecho por más tiempo y a una liberación de glucosa en sangre más lenta. La avena también es una excelente fuente de muchas vitaminas y minerales, como magnesio, cobre, tiamina y zinc.

Escoger una buena avena es esencial, no elijas las que vienen con sabores y azúcar añadidos. Optar solo por la que tenga como ingrediente: avena.

Pon en una olla agua a hervir y añade media taza de avena y deja que se cocine, si es necesario eliminar o añadir más agua, puedes hacerlo. Le puedes poner unos pedazos de manzana y endulzar con estevia o pasas. Añádele también canela en polvo y un poco de leche vegetal de almendras o de coco si lo prefieres. 

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