Los calambres o espasmos musculares de causa dietética se relacionan con la falta de minerales, así como por estados de deshidratación (así sean leves).

Son 4 los minerales relacionados a la presencia de calambres: el calcio por evitar que se mantengan contraídos los músculos; el potasio que interviene en el impulso nervioso del músculo y participa de la relajación del mismo; el magnesio que favorece la descontracción muscular y, por último, el sodio que limita la eliminación de líquidos por la orina y, consecuentemente, la pérdida de electrolitos.

Los calambres por causa dietética se resuelven, primero, evitando la deshidratación (beber de 6 a 8 vasos de líquido al día), con una ingesta diaria de frutas y verduras (son ricas en minerales como potasio), fuentes de magnesio (cacao, menestras, quinua y avena) y de calcio (lácteos y almendras).

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