La anemia por falta de hierro sigue siendo un problema de salud pública que no logramos superar como país. La solución no está solo en manos de las políticas públicas sino también en lo que podemos hacer desde nuestros hogares para prevenirla y combatirla.
En menores de 36 meses debemos tener más cuidado debido a que en este periodo de desarrollo el impacto de la anemia es irreversible.
Si la anemia se ha mantenido mucho tiempo en el menor existe una alta posibilidad de que haya afectado su capacidad cognitiva y aún cuando se dé tratamiento y se supere la afección, el impacto negativo se mantendrá.
Por ello es importante identificar los signos y síntomas de la anemia y llevar a los niños a sus controles. Con un análisis de sangre pueden determinar si existe o no anemia, cuál es la causa y el mejor tratamiento para el menor.