Al menos durante 30 años las mujeres experimentan cada mes el ciclo menstrual, un proceso natural que se divide en tres fases bien estudiadas (folicular, ovulación y lútea) las mismas que están reguladas por hormonas.
Cuando todo esto está en equilibrio, el ciclo menstrual cursa sin mayor malestar. Pero frente a alteraciones se puede presentar el síndrome premenstrual que viene con disconfort digestivo, inflamación, retención de líquido, sensibilidad mamaria, fatiga, dolor, cambios de ánimo e irritabilidad.
Esto suele ocurrir en la fase lútea (luego de la ovulación) y se estima que entre el 20 a 50 % de mujeres lo padece afectando en diferente nivel la calidad de vida y la productividad.
Si bien no se ha estudiado lo suficiente, la dieta puede tener un impacto en los síntomas. Una dieta alta en sodio y carbohidratos refinados tiene un efecto negativo, mientras que incluir alimentos ricos en magnesio, zinc, calcio, vitamina D y proteína como la del huevo es beneficioso.