Debemos tener presente que el mayor constituyente del cuerpo humano es el agua. Este líquido elemento es fundamental para el sostenimiento de la vida, pero también para el buen funcionamiento del cuerpo.

El agua logra un equilibrio interno a nivel celular y entre las células. Esto permite un intercambio de nutrientes, sobre todo, de electrolitos y otros componentes de las células de diferentes tejidos, entre ellos, del riñón. El agua en nuestro cuerpo, además, funciona como una carretera que permite el transporte de nutrientes, moléculas funcionales y desechos para ser eliminados.

Todo esto ocurre de manera natural en la medida que mantenemos una adecuada hidratación, ni más ni menos. Pero cuando es menos, es decir no hay suficiente hidratación, pueden concentrarse componentes en el agua y favorecer la formación de cálculos renales. En tiempos de calor incrementa al menos 2 vasos más de agua al día.