Como expliqué en la columna del lunes, es posible que la sangre se vuelva ácida o alcalina si los mecanismos de control del cuerpo se alteran. Producto del metabolismo de la dieta, medicamentos, entre otros, se forman elementos ácidos que pueden acidificar la sangre. Los mecanismos de control del cuerpo mantienen un equilibrio ácido base mediante tres mecanismos.
Por un lado, está la eliminación de dióxido de carbono por los pulmones gracias a su control de la presión y gases en el medio. Los riñones controlan la reabsorción y producción de bicarbonato para reducir los niveles de acidez y la eliminación de componentes ácidos por la orina y el sistema digestivo, mientras que el estómago secreta ácido, el páncreas secreta bicarbonato.
Aun cuando se consuman alimentos formadores de ácido o de sustancias básicas, estos mecanismos mantienen el pH de la sangre en rango (7.35-7.45). Cuando esto no ocurre, parte del tratamiento se enfoca en el control de la dieta.