La frase “no estamos solos” calza perfecto para que sepas que tu cuerpo además de tus propias células está colonizado por millones de células que no te pertenecen y que son parte de bacterias, hongos, virus y arqueas.
Desde la boca hasta el ano, la piel y la vagina son áreas que albergan estos microorganismos que conviven con nosotros y que, aunque no lo crean, en la medida que se encuentran en equilibrio son nuestros defensores frente a microorganismos que, de estar presentes en alta cantidad, causan enfermedades infecciosas.
La microbiota del colon es la más estudiada y es también la más grande. Se mantiene viva con nuestra dieta. Según lo que comemos (y otros factores) la variedad y cantidad cambian. El mejor alimento para una buena microbiota colónica es la fibra como la presente en frutas y verduras.
Cuando las bacterias la consumen dan como resultado vitamina B12 y K, así como energía que le sirve al colon. De esa manera nutren al colon, lo protegen porque son, además, un excelente sistema de defensa.