Durante el tiempo en que se secan los hermosos girasoles aparecen las pipas (semillas) hacia el centro de la flor y son cuidadosamente recolectadas para su consumo. La popularidad de estas pepitas se basa en su alto valor nutricional y energético.

Cien gramos de esta semilla aporta 570 calorías, principalmente, porque la mitad es aceite, del cual el 39% es de tipo poliinsaturado (saludable). Por otro lado, es alta en proteína vegetal (22.8g), muy buena fuente para quienes se orientan en una alimentación basada en plantas.

También es rica en fibra (10.5g), componente de la dieta muy importante para la salud y para controlar los niveles de glucosa sanguínea, prevenir el estreñimiento y favorecer la saciedad, y es una buena fuente de ácido fólico, necesario en la mujer en etapa reproductiva y durante la gestación. Sus niveles de calcio alcanzan los 116mg, cantidad similar a la leche, sin embargo, es de menor asimilación.

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