La avena es un cereal muy consumido en los desayunos y con grandes ventajas para la salud y la nutrición.

Este alimento cuenta con dos tipos de fibra: la soluble que retarda el vaciamiento gástrico aportando saciedad por más tiempo y, además, tiene la capacidad de arrastrar colesterol durante el proceso de digestión a nivel intestinal, y la fibra insoluble que ayuda a prevenir el estreñimiento y favorece la microbiota intestinal encargada de cuidar el colon.

Una de las formas más comunes de preparar la avena es poniéndola a hervir junto a la leche. Ambos alimentos son muy nutritivos, pero solo pueden mezclarse si se cocinen por separado.

La avena, mientras está cruda, tiene fitatos que son componentes naturales del cereal, pero, al entrar en contacto con la leche, interactúan con el calcio de esta evitando que se absorba. Para poder combinarlos se debe cocinar la avena y, posteriormente, combinarla con la leche fría o caliente.

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